Mentoría para Isabella Ortíz & su Comanda Visual Studio

Siempre fui de la idea de que, para poder instruir, primero había que aprender y luego lograr. Como que la chapa de tu trabajo y sus buenos resultados eran lo que te habilitaba a educar… ¡Qué equivocado estuve! Hasta que un día llegó Isabella y me enseñó a enseñar.

Yo sentía una gran contradicción con mi carrera pues solía meter todo en la misma balanza: objetivos, relaciones, desafíos, cambios, logros, fracasos, sueños cumplidos, sueños rotos, ganancias, pérdidas, low and highlights, viajes, clavos, locuras, quilombos, obras de arte y verdaderas cagadas… El promedio era siempre un antipático empate técnico. Tenía un problema y no era con mi recorrido, sino con su interpretación.

Y estar frente a Isabella, escucharla, entenderla y diseñar un plan para ayudarla, me dio el ángulo que faltaba para encontrar la joya de la abuela: la fe en uno. Porque era lo único que le faltaba a ella, y a la vez fue mi clave para transmitirle en 2 meses todo lo que aprendí en 20 años por las buenas y no tanto. Y en eso se basó mi asesoría creativa para ella y su nuevo proyecto personal Comanda Visual Studio, aka CMND.

Entonces, esa fe que tuvimos se tradujo en un plan que lo tenía todo: su talento bien definido, un buen background, un objetivo SMART, desafíos claros, recursos establecidos, contactos y proveedores estables. Faltaba un marco teórico, una estructura y un modus operandi, que fuimos puliendo en cada una de las 14 reuniones que tuvimos. La magia y las buenas ideas fueron apareciendo en el camino, y el resultado final está lleno de ellas, pero creo que lo mejor fue dedicarle un buen rato al diagnóstico, a que Isa pueda exteriorizar todo y que no le quedara ni un solo zumbido en la cabeza. Ahí nos dimos cuenta de cómo organizar el proyecto, qué herramientas usar y lo que había que bajar a tierra para poder tener un buen ida y vuelta con los diferentes players del proyecto.

En tiempos de aturdimiento, cuando se sentía sobrepasada o la transición con la “vieja Isa” se volvía más larga en el tiempo, repetimos como un mantra: “vos estás al mando y tenés claro a dónde vas”. Y posta que meet to meet, doc a doc, semana a semana, abarcamos cada arista del proyecto, registrando todo con la utilísima AI de tl;dv y apoyándonos en Notion para ordenar las tareas y sus deadlines.

Después del background y diagnóstico, trabajamos en su historia personal, el relato que construiría a partir de este gran cambio y cuál sería su rol de líder al lanzar CMND. Luego vino el cómo lo contaría y en qué canales, y por supuesto cuál sería el modelo de su negocio en esta nueva etapa como solista. Llegó un momento en que la asesoría se había convertido en un todo en uno: un diagnóstico, un plan de negocio, una estrategia, un plan de acción, una línea de tiempo, un brief para un diseñador, una fotógrafa y una videomaker, un storytelling, una campaña lanzamiento y un método de trabajo en sí mismo… Justo lo que yo quería al principio de todo, aunque no sabía bien cómo hacerlo ni estaba seguro si podía ejercer una mentoría así.

En resúmen, trabajamos en esta asesoría durante los meses de febrero, marzo y abril de 2024, mientras que Comanda Visual Studio vio la luz oficialmente el 3 de junio de 2024, logrando todo lo que nos habíamos propuesto y más, según la flamante visual strategist Isabella Ortíz.

De mi parte, como Director Creativo durante ese tiempo me encargué principalmente de:

➜ Análisis profesional y de mercado.
➜ Seguimiento y coordinación del proyecto en general.
➜ Feedback en cada brief para las collabs en diseño, foto y video.
➜ Acompañamiento vía e-mail y WhatsApp durante todo el proceso.
➜ Desarrollo del plan de negocio, estrategia de comunicación y plan de acción.
➜ Curaduría en el relato personal, el storytelling y la dirección de arte de la marca.